BRUSELAS.- Difícil examen para el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, quien mañana se enfrentará a su primera cumbre europea: España ya no es sinónimo de "milagro" económico, como hasta menos de un lustro, y al jefe del Ejecutivo se le acumulan los problemas para cumplir con las metas fiscales. "España intenta poner remedio a un desempleo astronómico", titula el rotativo económico francés "Les Echos". El semanario germano "Focus" se permite un titular con cierto humor ácido: "Rajoy, la figura del triste ahorro", en alusión al título del Quijote de Miguel de Cervantes, apodado el "de la triste figura".
Hasta hace cuatro años, antes de que la crisis económica mundial mostrara sus zarpas en España con el alto desempleo, en el 22,85%, la tasa más alta desde 1995, todavía se hablaba de ese supuesto "milagro español", recogido por abundantes medios como "The Economist", que ponían al ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero en su portada.
De España se sigue hablando en Bruselas, pero ya no como modelo, sino como uno de los socios del euro más problemáticos, junto a Italia, Grecia, Portugal o Irlanda, estos tres últimos rescatados por la Unión Europea (UE) y el FMI.
De hecho, la insistencia de la directora gerente del FMI, Christine Lagarde, quien esta semana pidió en varias ocasiones que se refuerce el Mecanismo Europeo de Estabilización (MEE), conocido como fondo de rescate, tiene un objetivo claro: tener un cortafuegos suficientemente potente para proteger a España e Italia. En Bruselas quedan muchas dudas acerca de las posibilidades de que España cumpla con sus objetivos de reducir el déficit público este año al 4,4% del Producto Bruto Interno (PBI). En ese sentido, los avisos desde la Comisión Europea se han multiplicado. "Es muy importante que España se atenga a los objetivos de déficit para 2012 y 2013", repite como una letanía el comisario de Asuntos Económicos de la Unión Europea (UE), Olli Rehn.
Los mensajes que llegan a Bruselas, Estrasburgo o Fráncfort, sede del Banco Central Europeo (BCE) son, en principio, tranquilizadores acerca de la voluntad de Rajoy por cumplir con los objetivos.
Conscientes de que la austeridad máxima que preconiza el eje germano-francés, al cual se ha sumado un tercer "invitado" de última hora, el primer ministro italiano, Mario Monti, no basta para salir de la crisis, los líderes europeos debatirán mañana también sobre estímulos al crecimiento y medidas contra el desempleo. Según el borrador de declaración final del Consejo europeo, la estrategia de crecimiento que proponen los 27 se focaliza en tres ámbitos: medidas para potenciar la educación de los jóvenes, nueva apertura del mercado interior comunitario y un programa de ayudas a las PYME (pequeñas y medianas empresas).
Como novedad, se constata un primer cambio de tendencia en el hasta ahora casi mensaje único, promovido por la canciller alemana, Ángela Merkel, y por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, de que sólo la austeridad, mediante el futuro Tratado Fiscal (sin Londres), es la única herramienta válida contra la crisis. "También tenemos que impulsar activamente el crecimiento y la competitividad, para crear puestos de trabajo, salvaguardar nuestro modelo social (del Estado de bienestar europeo) y garantizar el bienestar de nuestros ciudadanos", reza una de las frases clave del texto que debería aprobarse mañana por la noche.